Por Daygorod Fabián Sánchez El Autor es Educador y Comunicador Social de Villa Vásquez Este trayecto de tiempo supone haber crea...
Por Daygorod Fabián Sánchez
El Autor es Educador y Comunicador Social de Villa Vásquez
Este
trayecto de tiempo supone haber creado un nivel de conciencia en materia de
lealtades en la psicología del expresidente Fernández. Las vicisitudes matonescas
que ha impuesto el proyecto reeleccionista, ha provocado el desencanto al
visualizar como las lealtades juradas se desvanecen, producto del poder del
sobre que una vez el mismo Fernández describió en su Observatorio Global.
El
nivel de radicalismo que se observa a lo interior del partido de gobierno con
el presidente de esa organización política, responde al desagradecimiento
cotidiano, de los que sirven al que posee en sus manos como emitir decretos, no
importa quien sea.
Fernández
debe ser observado como un espejo de vida fuera del poder, por parte del
Presidente Medina. El primer mandatario algún día saldrá del ejercicio en el Palacio
Presidencial y cuando ese día llegue debe estar listo para conocer y vivir en
carne propia la deserción de los que hoy están con él y mañana estarán con
quien más le convenga.
El
productor del proyecto RD-2044 vivió esto en el año 2015. Empezó una semana con
más de veinte (20) senadores y al finalizar la misma sólo contaba con cinco (5)
que le externaron su decisión de irse con él o sin él.
Ese
mismo escenario debe ser analizado y sopesado por el presidente Medina. Él conoce
del accionar de los que cohabitan en su entorno y sabe cuáles fidelidades son
reales y cuales responden a intereses de naturaleza económica.
El titulo
Quise
colocar éste título a dicho escrito en virtud de que cada día que pasa es un
acercamiento más a marzo, el tiempo que nos fijó Medina para decirnos si buscará
o no una nueva oportunidad para continuar en el ejercicio del poder.
A
pesar de que sus más cercanos seguidores dicen que esta idea es una noción
viviente solo en la mentalidad de unos cuantos, las maniobras que efectúa el mandatario
son tendentes a esa dirección.
A
tal efecto es notorio que muchos de los seguidores de Fernández, principalmente
los diputados (en cuyo caso hay una ingente cantidad que no tiene posibilidades
de repetir en sus respectivas demarcaciones) serán sometidos a presiones en dos
vertientes: la primera a jurar y mantener lealtad al grito de guerra “No Hay
Marcha Atrás” y en segunda instancia a recibir millones de pesos por sólo
levantar su mano y aprobar una reforma si se convoca la asamblea.
Esos
son los que pueden ir de Funglode a servir al Palacio Presidencial.
¿Por qué no hay consenso?
Lo
indicado sería que tanto Medina como Fernández despejen el camino para una
tercera opción. Ese debería ser el eje del consenso, pero nadie quiere ceder. Los
demás que cursan la carrera presidencial (del PLD para la Republica Dominicana)
usan esnobismos que se convierten en imitaciones de las nomenclaturas tanto de Fernández
como de Medina.
Todos
esperan que al final uno de los dos les levanten las manos, para poder
declararse victoriosos, pero lo cierto es que nadie ha sido capaz de confeccionar
un liderazgo (real y sin nómina) más allá de los dos dueños de la cancha política
peledeista (Leonel y Danilo).
La
falta de consenso también estriba en que existe un clamor ciudadano por el fin
de la corrupción y la cesantía de la impunidad. El nivel de pellizcos políticos,
personajes y judiciales que se han fraguado en contra de Fernández han creado
el temor en sectores Danilistas de que si Fernández llega no tendrá compasión (jurídica),
a pesar de pertenecer al mismo partido de Bosch.
Igualmente
los de Leonel sienten que ésta es su última oportunidad y que si no es ahora es
nunca. Prefieren, contrario al historial de disciplina del PLD, que se hunda el
barco o que entre en mar a tierra.