La mayoría de los estadounidenses llegaron a Puerto Príncipe desde los EE. UU. en un jet privado a primera hora de la mañana del 16 de f...
La mayoría de los estadounidenses llegaron a Puerto Príncipe
desde los EE. UU. en un jet privado a primera hora de la mañana del 16 de febrero.
Habían empacado el avión chárter de ocho pasajeros con un arsenal de rifles
semiautomáticos, pistolas, chalecos antibalas Kevlar y cuchillos. La mayoría ya
había recibido su pago: US$10,000 cada uno por adelantado, con otros US$20,000
prometidos a cada hombre después de que terminaron el trabajo.
Un trío de haitianos
conectados políticamente saludó a los estadounidenses cuando su avión aterrizó
alrededor de las 5 am. Un asistente del presidente Jovenel MoÔse y otros dos
haitianos amigos el régimen los llevaron a través del aeropuerto más grande del
país, evitando a los agentes de aduanas e inmigración, que aún no informaron
para el trabajo.
Operación
El equipo estadounidense incluía dos ex SEAL de la Marina, un antiguo
contratista formado en Blackwater y dos mercenarios serbios que vivían en los
Estados Unidos. Su líder, un ex piloto de la Marine C-130 de 52 años llamado
Kent Kroeker, había dicho a sus hombres que esto era una operación secreta que
había sido solicitada y aprobada por el propio MoÔse. Los emisarios del
presidente haitiano le habían dicho a Kroeker que la misión consistiría en
acompañar al asesor presidencial, Fritz Jean-Louis, al banco central haitiano,
donde transferiría electrónicamente US$80 millones de un fondo petrolero del gobierno
a una segunda cuenta controlada únicamente por el presidente.
En el proceso, los haitianos
les dijeron a los estadounidenses que estarían preservando la democracia en
Haití.
Encarcelados
Pero un día después de que los estadounidenses aterrizaran en Haití, se
encontrarían en la cárcel y en el centro de un alboroto político, con los
haitianos preguntándose qué estaba haciendo un grupo de mercenarios extranjeros
en el banco central y para quién estaban trabajando.
Dentro de tres días, Kroeker
y su equipo serían liberados y enviados de vuelta a los Estados Unidos,
habiendo logrado escapar de los cargos penales en Haití. Fuentes de la policía
haitiana dicen que algunos, si no todos, los mercenarios trajeron sus armas con
ellos y que las marcas, modelos y números de serie de las armas fueron
entregados a la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de los
Estados Unidos.
Detalle.
Ninguno de los estadounidenses habló directamente con Moïse ni recibió
documentos oficiales del gobierno haitiano.
Petrocaribe.
De 2008 a 2017, Venezuela le otorgó a Haití aproximadamente US$4.3 mil millones
en petróleo barato en virtud del Acuerdo Petrocaribe.
Tormenta.
Las acusaciones de corrupción, combinadas con el fin del petróleo y el crédito
baratos de Venezuela, crearon una tormenta perfecta de indignación popular.
Banco.
El banco estaba cerrado, pero Jean-Louis le dijo a un guardia de seguridad en
la puerta que estaban allí por negocios bancarios, según la fuente fidedigna.