Guayubin, Montecristi.-“El mensaje del evangelio de Jesús es que, lo que se da nunca se echa en cara, que de la ofrenda que hace tu mano...
Martínez expresa que esas menciones no son ingenuas. Lo dice así en su mensaje: “Fijémonos bien, esos “decires” no son ingenuos, no expresan buena voluntad. Son muy interesados porque así es como se quiere justificar la sentencia 168-13, que mata dominicanos y dominicanas dejándoles vivos como cultivo de delincuencia y mano de obra barata…”. A continuación el mensaje del padre Regino Martínez “LO QUE SE DA NO SE ECHA EN CARA”… Es curioso. Extraña escuchar a funcionarios, periodistas y eclesiásticos decir: “nosotros, los dominicanos, fuimos los primeros en socorrer a los haitianos cuando el sismo el 12 de Enero del 2010…” “En dominicana hay un millón de haitianos que andan como Pedro por su casa y sin papeles…” “A las autoridades es a quienes les corresponde definir la política migratoria y la nacionalidad…”; “los extranjeros no comprenden que nosotros somos buenos con los haitianos `por las muchas ayudas que les ofrecemos…” y así, muchos otros decires; y cuando las autoridades no actúan con justicia y equidad, no actúan con sentido de humanidad porque el racismo, la xenofobia y el antihaitianismo le ciega…, entonces necesitan a alguien que les bautice ese “percal”. Fijémonos bien, esos “decires” no son ingenuos, no expresan buena voluntad. Son muy interesados porque así es como se quiere justificar la sentencia 168-13, que mata dominicanos y dominicanas dejándoles vivos como cultivo de delincuencia y mano de obra barata… Recordando al Pueblo Dominicano y al Mundo: la solidaridad no se mendiga, no se compra, ni se vende. La solidaridad se ofrece al otro necesitado “voluntaria y libremente”. La solidaridad no se echa encara porque pierde su valor. “Dios nos ha dado diferentes dones, según lo que él quiso dar a cada uno. Por tanto…, el que da, hágalo con sencillez; el que ocupa un puesto de responsabilidad, desempeñe su cargo con todo cuidado; el que ayuda a los necesitados, hágalo con alegría…” (Cfr.: Rom. 12,8). Aplicar una legalidad injusta nos perjudica a todos y a todas. Lo injusto no se justifica con la solidaridad. Por: P. Regino Martínez Bretón, sj |