ESCRITO POR: Willian Baldayaque Según la real Academia Española de la lengua (RAE), el significado de la palabra Traición es el sig...
ESCRITO POR: Willian Baldayaque
Según la real Academia Española de la lengua (RAE), el significado de la palabraTraición es el siguiente: Falta que comete una persona que no cumple su palabra o que no guarda la fidelidad debida.
Por esta falta tan grave y baja, en la historia, aún persiste el peso del repudio a Judas Iscariote, como referencia número uno de tal vil hecho, lo que nos da a comprender que no es tan simple como se aparenta al momento de cometerse.
No obstante no solo Judas es una referencia, al enfocamos en la historia dominicana podríamos encontrar en Pedro Santana, la peor de la referencia cuando de lacras dominicanas traicionera se trata. Podríamos citar innumerable ejemplo, de diferentes personajes sin escrúpulos que han transcurrido por la historia y encontraríamos en ellos, una sola característica en común, y está en la traición.
La persona traicionera no es fiel ni a ella misma. Su característica principal es el ser mal agradecido. Ser oportunista es su estilo de vida. Clavar el cuchillo por la espalda, con su conducta y palabra es su diario vivir. Entre ellos encontramos empleados, amigos, hermanos, familiares, periodista y comunicadores.
Esta cualidad al momento de cometerse, ha sido motivo de perdida de vida en grande batallas, y en el escenario político aun deja sentir su efecto, peor que el veneno de cualquier animal asesino. La traición expulso a Adán y a Eva del jardín, ya que no cumplieron con su deber de ser fiel, al llamado de Dios, de no tocar el albo del bien y del mal.
Pero hoy en los hogares dominicanos solo se preocupan por el pan en la mesa, dejado a un lado principios y valores morales que transciendan y puedan crear mejores ciudadanos con criterios y buen juicio. Por eso la traición hoy en día, no acompaña, y en el escenario político en la actualidad es el olor que no ahoga y asfixia.
No hay fidelidad ni siquiera entre los familiares más cercanos, menos entre los grande amigos.
De modo que ni el trabajo político, ni las obras sociales que se han hecho en beneficio de muchos, ni los nombramientos en diferentes posiciones del estado y demás oficinas pública. Nisiquiera lo que están nombrado en el ayuntamiento, garantiza la fidelidad de los mal agradecidos o traicioneros. Los tiempos cada vez son más oscuro.
El escenario político cada vez es más difícil y los candidatos cada vez son más desconfiado de quienes se le acercan en buscada oportunista. La traición es quien manda en Montecristi.
Solo nos queda ver como el ser humano involuciona, como marcha como el cangrejo hacia atrás. Lo que si hemos aprendido y podemos afirmar es que la traición no habla de los candidatos y su comportamiento, la traición simple y llanamente y aunque queramos justificarla, solo habla de nosotros y de que tan poco valemos.