Por Daygorod Fabián Sánchez El Autor es Educador y Comunicador Social Las posiciones jerárquicas en las sociedades equilibran el p...
Por Daygorod Fabián Sánchez
El Autor es Educador y Comunicador Social
Las
posiciones jerárquicas en las sociedades equilibran el poder de las personas, y
querer estar en esas posiciones es un anhelo del hombre, denominado Animal Político,
según Aristóteles, haciendo referencia a la dimensión social y política del individuo.
Aunque consta que hay una necesidad de vivir en una colectividad organizada, también
existe un deseo intenso de ser quien controle y supervise esa sociedad.
De
tal forma, Aristóteles, Max Weber y George Sabine coincidieron, aunque en épocas
diferentes, en que el deseo de orden y los excesos de los gobernantes creaban la
subordinación y el sometimiento. A su vez estas vertientes daban lugar a las
aspiraciones de continuidad en los puestos de principalía de las comunidades donde
nos desenvolvemos. Notoriamente esta crítica no fue cáustica. Pero no fue ni es
entendida por los gobernantes y políticos actuales, ya que en nuestro país la
cultura de retiro político es inexistente….
….¿Por qué aspirar
tantas veces?
Muchas
personas, en todos los ámbitos de elección, dormitan sin darse cuenta en que el
sometimiento por falta de asumir compromisos y preocupaciones, no es sinónimo de
liderazgo; el falso liderazgo es la ilusión creada por los harenes y allegados corteses,
solícitos y lisonjeros que simulan la subordinación sea por temor o comodidad. Un
legislador tiene está concepción, mitómana, de que todos/as lo quieren y obedecen,
cuando en realidad se está siguiendo la Ley Colonialista Española: Obedecer
siempre, pero no cumplir.
Sólidamente
mostré, solapadamente, razones de orden filosófico para ver por qué nadie se
cansa de aspirar a estar enlazado en la butaca del poder. Ya afloran las apetencias,
extemporáneamente, de Parlamentarios que no han asumido su señalamiento, como
algo fortuito y de pocas probabilidades futuras.