Por Daygorod Fabián Sánchez El Autor es Educador y Comunicador Social A raíz de una tertulia sostenida entre mis compañeros d...
Por Daygorod Fabián Sánchez
El Autor es Educador y Comunicador Social
A raíz de una tertulia sostenida
entre mis compañeros de labores – en términos comunicacionales – me llegó la
idea de analizar otra vez el fenómeno de las victorias electorales del actual Senador
de la República por la Provincia de Montecristi Lic. Heinz Vieluf Cabrera.
Desde el punto de vista del
poder, hemos leído en obras como “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo o “Las 48
Leyes del Poder” de Robert Greene que los medios usados para alcanzar un
determinado objetivo no son de importancia, siempre y cuando se logre lo planteado
desde inicios del plan; dicho de otra forma se justifica la victoria usando
cualquier argucia en el trayecto de la misma.
El mismo Senador ha admitido en
programas radiales, que colindan con sus métodos de sicariato comunicacional- lingüístico,
que sus campañas son estructuradas usando como plataforma el dinero. Esto no ha
de sorprendernos en nuestro precario sistema político – electoral, pero a
quienes aspiramos a que el debate de las ideas sea el componente que prime en las
campañas políticas nos desconsuela que las candidaturas, en especial la del Senador,
nunca han respondido a elementos de carácter ideológico sino estrictamente económicos.
En el último certamen electivo, el
cual ha sido único y dudo que vuelva a repetirse, la victoria del Senador se
condicionó a dos (2) factores, según mi enumeración, que labraron el camino a
su favor: a) Un candidato a Senador (Héctor Rodríguez Pimentel) con muy poca empatía
con los sectores que aspiraban a un cambio en la Cámara Alta, acompañado de dos
(2) candidatos a diputados, de los cuales uno de ellos no llenó las expectativas
que se esperaban.
b) El apoyo, a lo interno de su
partido el PLD, encabezado por el señor Miguel Alejandro Bejarán, quien al menos
en momentos actuales goza de la mayor empatía política con los miembros de esa
organización, que estaban dispuestos a ejercer el sufragio en contra del señor
Vieluf, pero que ante los lineamientos disciplinarios que esgrimió el señor
Bejaran prefirieron votar por su perro, que era malo, pero esa su perro. (Nota:
Lo de Perro al senador es en términos simbólicos, pues como legislador merece
respeto).
…Importancia del apoyo de Bejaran a Vieluf
El momento de mayor peligro para
un político es la hora de su victoria, ya que los apercibimientos no son vistos
con la importancia que se merece y los
aires de superioridad estratégica suben a niveles estrepitosos. Las tres (3)
victorias del senador y su gente los han llevado a entender, al menos en su
mundo, que ellos son indispensables en el PLD o peor que no necesitan al PLD
para exhibir victorias electorales.
El parlamentario ha olvidado que
cuando él endorsó su apoyo, de manera abierta, al Señor Anyelo Rodríguez –
quien era candidato a ocupar una posición en el Comité Central del PLD – en cierto
modo era él que competía contra Tito Bejarán. Los resultados, que fueron
internos del PLD, figuraron el jarrón de rechazo que exhibe el señor Vieluf y
el gran soporte interno de Bejaran dentro de esa organización partidaria. El juego
pasó 70 a 30, por así decirlo.
Ante esa situación, no podemos
tratar con laxitud, el hecho de que el Senador se retiró de la política hasta
el grado de cerrar sus oficinas en toda la provincia de Montecristi, luego y
como es costumbre, las circunstancias favorecieron el reavivamiento de un
difunto político, al menos en ese entonces, que era el señor Vieluf.
No obstante todo esto, para poder
volver a ganarle a un candidato que no tenía las herramientas suficientes para transferir
el desfavor de la gente en votos, Vieluf apostó a la cultura disciplinaria de
Bejarán y su gente para que estos, con dolor en el alma, lo apoyaran y así no
dejar que el PLD perdiera tan importante posición como lo es la senaduría de
Montecristi.