Por Daygorod Fabián Sánchez El Autor es Educador y Comunicador Social de Villa Vásquez Una de las principales confrontaciones a l...
Por Daygorod Fabián Sánchez
El Autor es Educador y Comunicador Social de Villa Vásquez
Una
de las principales confrontaciones a lo interno y externo de las agrupaciones políticas
resulta de su incapacidad para ponerse de acuerdo en qué tipo de eventualidades
internas se realizarían, para definir sus candidatos.
Tanto
el Presidente Danilo Medina como el Expresidente Hipólito Mejía han expresado
su favor por que las primarias, en sus respectivas parcelas políticas, sean
abiertas y simultaneas. Esencialmente prefieren las primarias abiertas, basados
en la tesis de que sus fortalezas políticas se encuentran en lo externo de sus
partidos.
De
su lado la antípoda encuentra sus cimientos en Leonel Fernández (tres (3) veces
Presidente) y Luis Abinader que lideran la opinión de primarias cerradas. Cabe señalar
que las primarias abiertas, o sea la elección de candidatos con un padrón universal
de todos los que tengan derecho al sufragio, a simple vista parece ser el método
más democrático de elección.
Pero
este método, usado con anterioridad y sin regulación por parte del organismo
constitucionalmente creado para esos fines – La JCE-, dio lugar a crisis políticas
y divisiones en agrupaciones partidarias, donde los ganadores han sido acusados
de ser favorecidos de militantes de otras cofradías políticas, que ante las inmanencias
y deficiencias de propuestas, necesitaron un empuje extra para obtener las
nominaciones.
Tenemos
ejemplos, que sin entrar en circunloquios pueden ser explicados con claridad. Cuando
Hipólito Mejía le ganó las primarias al Ing. Miguel Vargas Maldonado – quien en
esos momentos no sabíamos que era una vergüenza política – éste último señaló
la disruptiva en esa elección de parte del PLD y el PRSC, lo cual más adelante
fue confirmado por el mismo Mejía. El resultado fue una división que llevó a la
mayoría del PRD a formar otra organización política denominada PRM; esto a su
vez los alejó del poder hasta momentos actuales.
El
Presidente Medina sabe muy bien que sus virtudes encuentran apoyo máximo en los
sectores foráneos del PLD, distinto al señor Fernández Reyna que además de tener
el control de ese aparato partidario, cuenta con el apoyo de los que fueron participes
de su gobierno y además de la adhesión de los desencantados de la gestión
actual. No he querido profundizar más sobre este asunto, en virtud de que sería
adecuado esperar observar que pasará con la aprobación de la Ley de Partidos y
si el PLD aunará esfuerzos en este espectro de ideas.