NUEVA YORK.- Cada noche a las 7:00, conocida como la “Hora Dorada”, cientos de dominicanos asoman por las ventanas de sus apartamentos h...
NUEVA YORK.- Cada noche a las 7:00, conocida como la “Hora Dorada”, cientos de dominicanos asoman por las ventanas de sus apartamentos haciendo sonar sus cacerolas como muestra de apoyo y gratitud a los médicos, paramédicos, enfermeras que trabajan en medio de la pandemia de coronavirus.
Las cacerolas, cuyo sonido retumba en los centenarios edificios construidos en su mayoría después de la gran depresión de los años treinta y posterior a la Segunda Guerra Mundial, usando también shet rack, una especie de cartón piedra fofo y pisos de madera, comienzan a ser tocadas a las 7:00 en punto de cada noche y la ceremonia dura cinco minutos.
Muchos niños, también se anexan a la gratitud, mientras los escasos conductores que transitan en las inmediaciones suenan las bocinas de sus vehículos.
La comunidad que se vio azotada hace tres semanas por el pico del COVID-19 con cientos de contagiados y numerosos muertos, reconoce con el tradicional toque de las “pailas” y otras vasijas, el arriesgado trabajo de los galenos, enfermeras, paramédicos y demás trabajadores de salud, como los que hacen la limpieza en los nosocomios, que son informados sobre la cantidad internados, en cuidados intensivos y cuantos mueren diariamente.
María Tavares, ahora en pausa de su trabajo como cocinera en un restaurante del Alto Manhattan, dijo que ella se llena de emoción cuando escucha los cientos de cacerolas.
Ese gesto, también es usado en la República Dominicana y otros países de América Latina, para expresar las protestas de los pueblos contra sus gobiernos o el desacuerdo con medidas restrictivas de sus presidentes.