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¡Celebremos! Y hagamos la tarea

Por Néstor Estévez. Sobran motivos para celebrar. El nombre de la República Dominicana acaba de ser muy positivamente posicionado a nivel gl...

Por Néstor Estévez.


Sobran motivos para celebrar. El nombre de la República Dominicana acaba de ser muy positivamente posicionado a nivel global.


En el marco de un referente mundial, la Feria Internacional de Turismo (FITUR 2022), en la capital española, con la participación de más de cien países, el nuestro ha sido coanfitrión. Pero además ha recibido seis reconocimientos, incluyendo el de stand más destacado, entre otros que colocan a República Dominicana en una posición privilegiada en el ámbito turístico.


Sin lugar a dudas, se trata de un posicionamiento que dista mucho de aquel sueño de Don Ángel Miolán, precursor de la industria turística de nuestro país, con su idea de que República Dominicana contaba con atributos para atraer visitantes. Pero también dista mucho de aquella etapa en la que al nuestro se le consideraba un país eminentemente agrícola. Las cifras oficiales dan cuenta de que el turismo ha aportado un 38% de la recuperación experimentada luego del revés económico ocasionado por la pandemia.


Los cambios en el contexto externo nos han motivado a priorizar otros potenciales para mantener el crecimiento de la economía y para aprovechar nuevas oportunidades. Y eso, lógicamente, ha provocado significativos cambios internos, hasta el momento, con un balance muy positivo.


Otros motivos para celebrar están referidos a Pedernales. Pues una demarcación marginada durante décadas acaba de recibir la noticia de que seis reputadas cadenas hoteleras están involucradas en un proyecto que, en una primera fase, incluye el levantamiento de 4,700 habitaciones, aeropuerto internacional, centro comercial y obras de infraestructuras básicas.
Sencillamente, la provincia menos poblada de República Dominicana se convertirá, según se ha anunciado en FITUR 2022, en un nuevo y espectacular polo turístico que creará cerca de 20,000 empleos directos y más de 50,000 empleos indirectos. Si comparamos estos números con el más reciente censo nacional de población y vivienda, se nota que estamos ante una cantidad de empleos que casi triplica a los pedernalenses.


Y como si faltara más, otra buena nueva es que Pedernales será un destino turístico ecoamigable. Es por ello que contará con modalidades como turismo de naturaleza, ecoturismo, turismo de aventura suave, turismo de bienestar, entre otras. Así se informó al presentar en España el Máster Plan oficial del Proyecto de Desarrollo Turístico de Pedernales.


Estas buenas nuevas, comenzando un año como el 2022, han de llamar la atención de otras demarcaciones dominicanas con grandes potenciales para la explotación turística. De manera muy especial, esa puesta en atención debe partir de territorios con potencial ecoturístico, que tendrían en Pedernales una especie de “puente” hacia un turismo que vaya mucho más allá del tradicional “sol y playas”.



Teniendo Pedernales el 68% de su territorio declarado como área protegida, lo que allí se realice necesita tener bien puesto su foco en el turismo sostenible. En otras palabras, tomando en cuenta la magnitud de lo anunciado, Pedernales se ha de convertir en el referente de una etapa transicional en la oferta turística dominicana.


En esa transición jugaría un valioso papel lo iniciado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, de cara al Plan Nacional de Ordenamiento Territorial. Pues, como es muy bien sabido, suelen abundar quienes se empeñan en “matar la gallina de los huevos de oro”. Estamos a tiempo para procurar que el aprovechamiento de una gran ola que nos favorece tome en cuenta los impactos económicos, sociales y ambientales actuales y futuros de lo que hagamos con nuestros valiosos atractivos turísticos.


Es asunto de procurar equilibrio entre necesidades y aspiraciones desde cuatro ámbitos: los visitantes, la industria (sin chimeneas, como aquí se le ha denominado durante mucho tiempo), el medio ambiente y las comunidades anfitrionas.


Es asunto de gestionar y aprovechar nuestros recursos para lograr desarrollo sostenible, promover la cohesión territorial y mejorar las condiciones de vida de los habitantes de muchas comunidades con grandes potenciales para el turismo sostenible, en sentido particular, y de toda la República Dominicana, en sentido general.


Que la celebración nos estimule. Que hacer bien la tarea nos cualifique. Así lograremos que nuestros potenciales, usados con sentido de oportunidad y criterio de sostenibilidad, garanticen bienestar y felicidad para visitantes y nativos.