Por Néstor Estévez Diciembre suele ser tiempo para más actividades de las que regularmente podemos aprovechar. Entre las múltiples act...
Por Néstor Estévez
Diciembre suele
ser tiempo para más actividades de las que regularmente podemos aprovechar.
Entre las
múltiples actividades del más reciente diciembre, me animo por compartir lo
aleccionadora de una que mucha gente solo ve como algo para competir y ganar.
Si solo nos
fijáramos en el nombre, a modo de etiqueta para un producto, como si
centráramos nuestra atención en las personas que suelen interesarse por ese
tema, a modo de club cerrado, quedaríamos “oliendo donde guisan” en relación
con algo tan enriquecedor y estimulante.
En mi pueblo, Santiago
Rodríguez, se organizó recientemente la primera carrera 5K. El éxito ha sido
rotundo. 235 atletas de todo el país, incluyendo 120 de diversos puntos de la
provincia, se unieron a una demostración de cuánto se puede cuando hay
decisión.
Entre los
objetivos de los organizadores destaca “promover el deporte y la salud”. De
hecho, además de atletas de alta competición, incluyendo campeones nacionales,
se abrió oportunidad para también hacer el recorrido trotando o caminando.
Por eso, Matthew
Inoa, un bebé con poco más de un año de edad, hijo de una pareja dedicada a
competir en campo y pista, hizo el trayecto en brazos de Yajaira Balbuena, una
atleta puertoplateña con una motivante historia vinculada al atletismo; pero
también personas que superan las seis décadas aprovecharon una experiencia que
ha de servir como referente.
El atleta romanense
Jilberto Santana Manzano cruzó la meta con registro oficial de 15:06.5. Otras
personas tardaron cerca de una hora para completar los cinco kilómetros. Pero
el común denominador fue el placer de unirse en una primera experiencia que ha
de motivar otras muchas en Santiago Rodríguez y ojalá que en múltiples lugares.
Hace falta que
comprendamos que el deporte y hasta la simple actividad física ofrece
beneficios que van mucho más allá de la mera competición y sus resultados
económicos. Hace falta recuperar la esencia de actividades relacionadas con
valores como amistad, fraternidad, juego justo, perseverancia, integridad,
cooperación y trabajo en equipo.
Mucho se ha
dicho que entre los beneficios más directos de los ejercicios físicos están: quema
de calorías, control de peso, disminución de los niveles de colesterol e
hipertensión, reducción del riesgo de sufrir alguna enfermedad cardiovascular o
de contraer diabetes, además del fortalecimiento de huesos y músculos.
Pero otros
beneficios, regularmente desconocidos, están relacionados con el bienestar
psicológico, disminución del estrés, la ansiedad y los síntomas de depresión,
además del retraso en el deterioro de la memoria, la mejora de la capacidad de
atención y la mejora en la calidad del sueño.
En suma, en
correspondencia con un planteamiento que data de muy poco tiempo después de
Jesucristo, atribuido al autor romano Décimo Junio Juvenal, referido a (“mens
sana in corpore sano”) “mente sana en cuerpo sano”, la adecuada actividad
física contribuye con la preservación de la salud corporal y mental. En otras
palabras, la actividad física es clave para lograr plenitud en la calidad de
vida.
De lo ocurrido
en Santiago Rodríguez hay varias lecciones para aprovechar. Solo se trata de
ver un poco más allá de una simple competencia deportiva. Se trata de
aprovechar las lecciones de una actividad conectada con instrumentos que muy
bien sirven para impulsar el desarrollo integral, a nivel individual y
colectivo.
Si en lo
individual, el ejercicio físico es clave para combinar cualidades del cuerpo,
la voluntad y el espíritu, facilitando la creación de una cultura cimentada en
valores éticos, morales y sociales, como sociedad tenemos la virtuosa
oportunidad para colectivizar esas bondades.
Si los
organizadores de esta actividad han tenido la maravillosa idea de abrir la
participación para que, junto a atletas de alta competición, se haya podido
participar “trotando o simplemente caminando”, lo que se haya perdido en
espectacularidad ha sido ganado muchas veces en integración.
Si nos fijamos
bien, la población, en buena parte, ha pasado de simple observadora a
protagonista. En términos de desarrollo territorial, ahí hay una lección con un
extraordinario poder transformador.
Si a eso sumamos
las muy positivas valoraciones de atletas, visitantes, patrocinadores y
población en general, en Santiago Rodríguez corre tenemos el germen de un
proceso que, además de aportar al mejor posicionamiento de la provincia, cuenta
con gran potencial para generar los beneficios de todo cuerpo, individual o
colectivo, cuando se pone en movimiento.