Por Néstor Estévez Entre las cosas buenas de la Navidad destacan los encuentros, incluyendo los virtuales, que ayudan a rememorar. En un...
Por Néstor Estévez
Entre las cosas buenas de la
Navidad destacan los encuentros, incluyendo los virtuales, que ayudan a
rememorar.
En una de las celebraciones del
período que discurre, el nombre de un respetable maestro maeño salió a relucir mientras
compartíamos: Bienvenido Hilario Reyes.
Aunque no fue tema central del
encuentro, para el tiempo en que tuve oportunidad de ser su alumno, Bienvenido
Hilario refería con alta frecuencia uno que otro aporte de Ferdinand de
Saussure, estudioso suizo considerado el fundador de la lingüística moderna y
de la semiótica.
Entre otros motivos, el maestro
Hilario lo citaba para ayudarnos a entender relaciones y diferencias entre
significado y significante. Es por ello que me ha parecido más que oportuno, a
la luz de los aportes de aquel hombre que entre la segunda mitad del siglo XIX
e inicios del XX se concentró en temas como las modificaciones y mutaciones que
sufría la lengua a través del tiempo, echarle una mirada a la actualidad.
Así, además de lo provechoso que
mi encuentro en términos generales, de manera particular para quien escribe, y
ahora compartido con quien lee, puede ser también de utilidad echar una mirada
a la Navidad, en cierta manera, con los ojos de Ferdinand de Saussure.
La Navidad, independientemente de
su asociación con el cambio de año, a la luz del calendario gregoriano, tiene
diversos significados dependiendo de las creencias y tradiciones culturales. En
un contexto cristiano, la Navidad conmemora el nacimiento de Jesucristo. Por
eso se asume como un tiempo de celebración, amor, generosidad y unidad
familiar.
El aspecto más notorio de la
Navidad es el comercial. Desde el doble sueldo o salario trece, como en el caso
de la República Dominicana, con su consecuente incidencia mediante el aumento
de la demanda de bienes y servicios, hasta celebraciones con diversidad de
tamaños suelen caracterizar el período navideño.
En donde no se estila el salario
trece, y en donde sí existe, mucho más, las ofertas del comercio trazan la
pauta para lo que se ha de hacer durante las festividades. Con técnicas que
capitalizan el hecho de que se trata de un “período de cambio” se logra que
gente escoja cambiar hasta lo incambiable.
Pero la “aldea global” (McLuhan)
se queda corta ante gente que a la cena de Nochebuena ya le ha sumado la de Thanksgiving, que ha venido con compañía
porque “el combo” incluye Black Friday,
Cyber Monday y una retahíla de
celebraciones.
Y aunque suelen hablar de tregua,
desde el litoral de los colores partidarios se celebra de manera muy
particular. Entre otras modalidades, se impone el criterio de “lo que poco nos
cuesta…”, sobre todo cuando se trata del dinero público. Y, penosamente se va
volviendo “normal” que personas muy acomodadas aparezcan como beneficiarias (y
en altas cantidades) de “ayudas” dirigidas a personas que necesitan apoyo para
“celebrar su navidad”.
Como se puede notar, desde el
ámbito religioso se actúa en coherencia con una prioridad que es la razón de
ser de la fe cristiana: la Resurrección, cuyo recuerdo anual se fija atendiendo
a una mezcla entre calendario lunar y calendario solar. Por eso pasa a un plano
menor lo de la fecha cierta para el nacimiento de Jesús. La atención se centra
en que la Navidad es un tiempo especial de reflexión, adoración y celebración
del significado espiritual del nacimiento del Niño Dios.
Desde el ámbito comercial se
actúa en coherencia con la lógica del mercado: generar ventas. Las empresas, grandes
y pequeñas, aprovechan esta temporada como una oportunidad para impulsar las
ventas mediante promociones, descuentos y campañas publicitarias. La Navidad
tiene muy alto ingrediente comercial. Desde que llegan “los …bre” es muy amplio
el despliegue publicitario motorizado por el comercio.
Y desde el ángulo político, muy
en coherencia con eso de que “la política es para conducir”, se aprovecha
precisamente para conducir voluntades de quienes ven en los candidatos (aunque
de cándidos tengan muy poco y quizás nada) esa mezcla entre “mesías” y alguien que
“camina” (suelta el dinero) con tal de que se lo paguen con votos.
Y tú, ¿necesitas ayuda de
Ferdinand de Saussure para que, aprendiendo sobre significado y significante, decidas
qué y cómo hacer en Navidad?
