Por Daygorod Fabián Sánchez El Autor es Educador y Comunicador Social de Villa Vásquez En una primera entrega hice aco...
Por Daygorod Fabián Sánchez
El Autor es Educador y Comunicador Social de Villa Vásquez
En
una primera entrega hice acotaciones que probaban una vez más el valor de
nuestro prócer – Juan Pablo Duarte – en su relación con la Guerra Restauradora
Dominicana. El título de este escrito solo tiene por fin vincular los improperios
expresados, por el mal llamado comunicador, y la falsedad de los mismos en
virtud de la entrega patriótica de toda su vida a favor de una causa justa,
hecha por el citado Padre de la Patria: La Independencia.
En
esta ocasión quiero abordar algunos escolios de la Guerra Restauradora y su nexo
con Duarte que no pude mencionar en la primera entrega. Cuando Duarte vuelve al
país, 20 años después de haber salido, el 25 de Marzo del 1864, además de participar
en la lucha reconstructora junto con los dominicanos y dominicanas – cabe decir
muy mal dotados en términos armamentísticos - éste llegó a expresarle al pueblo y las
autoridades existentes lo siguiente:
“Dispuesto
a correr con vosotros, y del modo que lo tengáis a bien, todos los azares y
vicisitudes que Dios tenga aun reservados a la grande obra de la Restauración
Dominicana”.
Obviamente
la llegada de nuestro Padre de la Patria fue motivo para tramas e infectas en
su contra. Todas estas intrigas estuvieron estructuradas en rumores y en nada
que fuese cierto o tuviese colindancias con la verdad. Lamentablemente a veinticinco
(25) días de haber llegado a nuestro país, de haber establecido empalmes con
las autoridades y haberse colocado a disposición de las mismas – como mencioné
en el primer escrito – fue enviado en calidad de Embajador y diligente de la
Guerra Restauradora en otros países.
Debemos
señalar que personas con mejores elementos históricos - intelectuales que yo (ya que soy un simple
novel) han dicho que hay pocas informaciones sobre los resultados reales de la
misión encargada a Duarte. Pero antes del encargo de dicha misión lo que sí
está documentado es la esperanza que tenía el Presidente Provisorio Gaspar Polanco,
el cual de forma oficial llegó a decir:
“Por
medio de Agentes que, con poder bastante del Gobierno, ya con Casas, Compañías
o individuos particulares con el fin de adquirir el armamento de que
actualmente se carece (….), ha decidido unánimemente autorizar, como en efecto
autoriza, por medio de estas letras, al ciudadano General Candelario Oquendo
hijo, encargado del Ministerio de Guerra y Secretario privado del ciudadano
presidente del Gobierno, dándole amplio poder para que, en su virtud en unión
de los ciudadanos Generales Juan Pablo Duarte y Melitón Valverde, o por si solo
y obrando como verdadero y legal Agente del Gobierno Dominicano, proceda a
celebrar transacciones sobre artículos de guerra en cualesquiera países
extranjeros”.
Como
vemos la labor de Duarte fue valiente, patriótica y altruista, de modo tal que
no fue cobarde y quienes osen llamarlo así, en medios de difusión nacional e
internacional, merecen mucho más que veinte (20) días fuera del aire, que por
cierto se ha desacatado.
Nota:
Muchos de estos datos fueron extraídos del libro “Duarte en la Restauración:
sus Desvelos Patrióticos y Diplomáticos, de Reynaldo R. Espinal”