El papa Francisco devolvió al estado laico al excardenal estadounidense Theodore McCarrick, de 88 años, acusado de abusos sexuales cont...
El papa Francisco devolvió al estado laico al excardenal estadounidense Theodore McCarrick, de 88 años, acusado de abusos sexuales contra al menos un adolescente hace casi medio siglo, algo hasta ahora inédito en la historia de la Iglesia católica.
El papa argentino declaró definitiva una sentencia en este sentido
de la Congregación para la Doctrina de la Fe, institución del Vaticano que vela
por el respeto del dogma católico, precisó el sábado un comunicado de la Santa
Sede.
El excardenal fue hallado culpable de haber “infringido el sexto
mandamiento (que prohíbe el adulterio) con menores y adultos, con la circunstancia
agravante del abuso de poder”, según este texto.
Este castigo, sin apelación posible y por lo tanto definitivo,
tiene lugar días antes de una reunión crucial, con los presidentes de las
conferencias episcopales de todo el mundo en el Vaticano, donde del 21 al 24 de
febrero abordarán la responsabilidad de los prelados que mantuvieron
silenciadas las agresiones sexuales a menores perpetradas por el clero.
El papa ha mandado con esta medida “una señal clara” sobre la
tolerancia cero ante los abusos en el seno de la Iglesia, reaccionó este sábado
el presidente de la conferencia episcopal estadounidense.
“Ningún obispo, por muy influyente que sea, está por encima de la
ley de la Iglesia”, añadió el cardenal Daniel DiNardo, arzobispo de
Galveston-Houston.
SNAP, un grupo integrado por víctimas de abusos perpetrados por
sacerdotes, sugirió que la decisión de McCarrick había sido “acelerada por la
jerarquía” en los días previos a la conferencia mencionada “porque es muy
condenatoria”.
Este grupo llamó a la jerarquía católica a practicar la
transparencia que prometió, y señala en un comunicado que los cargos criminales
deberían presentarse no sólo contra McCarrick, sino también “contra aquellos
miembros de la Iglesia que ocultaron sus delitos durante décadas”.
Los grandes escándalos que salieron a la luz en Estados Unidos,
Chile o Alemania empañaron la credibilidad de la Iglesia católica.
Al excardenal emérito de Washington ya se le prohibió en julio
ejercer su ministerio y luego renunció a su título honorífico de purpurado. Con
su exclusión oficial de la Iglesia, el hombre, recluido actualmente en el
Estado de Kansas, en Estados Unidos, se convierte simplemente en Theodore
McCarrick.
La Santa Sede pidió en septiembre de 2017 una investigación al
arzobispado de Nueva York, tras el testimonio de un hombre que acusaba al
prelado de haber abusado sexualmente de él en los años 70.
- “Indicios graves” -
Ante los “indicios graves” revelados en la investigación, el papa
depuso a finales de julio a monseñor McCarrick de su título de cardenal.
Este caso sacudió la jerarquía de la Iglesia católica
estadounidenses, poco antes de la publicación de un informe demoledor sobre los
abusos masivos cometidos en Pensilvania.
En 2015, el papa Francisco aceptó la renuncia de monseñor Keith
O’Brien a todos los derechos del cardenalato, tras haber dimitido dos años
antes como arzobispo de Edimburgo al ser acusado “de actos inapropiados” con
jóvenes sacerdotes. El prelado conservó sin embargo su título de cardenal hasta
su muerte, en marzo de 2018.
El único caso de abandono del título supremo de cardenal remonta a
1927, cuando el papa Pío XI aceptó la dimisión del cardenal francés Lois
Billot, quien renunció por motivos políticos.
Expulsar a un prelado es considerado como el castigo más grave
para un eclesiástico, privado de todos sus derechos y prerrogativas de
sacerdote, como celebrar misa.
El papa exclaustró en octubre a dos obispos chilenos por
agresiones sexuales a menores, justo cuando la Iglesia católica de este país
estaba sumida en un escándalo sin precedentes.
El cardenal McCarrick, un sacerdote que fue nombrado obispo y
arzobispo en la archidiócesis de Nueva York antes de ir a Washington en 2001,
era uno de los cardinales estadounidenses con más proyección internacional.
Durante mucho tiempo, fue muy influyente para recaudar fondos para la Santa
Sede.
Aunque oficialmente estaba jubilado, seguía viajando, sobre todo
para defender cuestiones de derechos humanos. Tuvo un papel destacado a la hora
de exigir reformas que castigaran severamente a los sacerdotes pederastas en
Estados Unidos.
McCarrick también era blanco de una acusación incendiaria de un
prelado italiano jubilado, el arzobispo Carlo María Vigano, quien llegó a pedir
la renuncia de Francisco y de otros miembros de la curia por haber ignorado
durante cinco años el comportamiento del excardenal, presentado como un notorio
predador sexual.
Esta virulenta acusación, basada en pruebas escritas, fue lanzada
a finales de agosto, en pleno viaje del pontífice a Irlanda, país cuya Iglesia
católica está golpeada por numerosos escándalos de abusos.
El papa prometió entonces una investigación adicional sobre
McCarrick en los archivos de los dicasterios (ministerios de la Curia Romana) y
en las oficinas de la Santa Sede.