Por Néstor Estévez Para el común de los humanos, el deporte es eso a lo que se dedica la gente musculosa o quienes disfrutan el sudar. U...
Por Néstor Estévez
Para el común
de los humanos, el deporte es eso a lo que se dedica la gente musculosa o
quienes disfrutan el sudar.
Una buena
cantidad de gente encuentra en el deporte el chance para hacer apuestas y,
posiblemente en conexión con ese proceder, otra buena cantidad ve en el deporte
la oportunidad para, directamente o mediante alguien de su descendencia,
“hacerse de cuarto”.
Lo real es
que el deporte es mucho más que eso. Comencemos por recordar que el deporte
tiene como base a la educación física. Y aunque no falta quien piensa que el
tiempo empleado para educación física debiera ser dedicado a otra cosa, lo real
es que en ella tenemos el soporte, no solo para la práctica de algún deporte,
sino para mejorar la condición física, promover la buena salud, pero
principalmente para sentar las bases que ayudan a formar al sujeto en su unidad
y globalidad mediante la motricidad humana.
Pero todavía
más, la educación física está directamente relacionada con el sentido de
libertad que pueda llegar a lograr cualquier ser humano. En ella tenemos un
componente fundamental para fomentar en las personas temas como la confianza y las
competencias relacionadas con habilidades y destrezas que ayudan a enfrentar
desafíos tanto individuales como colectivos.
En
definitiva, en la educación física, asumida mucho más allá de una formidable
base para la práctica de los deportes, tenemos una herramienta clave para formar
integralmente a los individuos a nivel mental, físico y social.
Y ahora, ¿qué
hacer con eso?
La República
Dominicana vive un momento estelar en el ámbito deportivo. En los próximos días
celebraremos la formalización de nuestro primer cuarteto en Cooperstown, con la
exaltación de David Ortiz, quien se unirá a Juan Marichal, Pedro Martínez y
Vladimir Guerrero en el Salón de la Fama del Béisbol.
Mientras esa
fecha llega, lo ocurrido con la selección dominicana de fútbol sub 20 es un
hito que eleva el orgullo por nuestros potenciales. Es la primera vez en la
historia que nuestro país contará con representación en esa disciplina para unos
Juegos Olímpicos y para un Mundial de la FIFA.
En los I Juegos
Caribeños, en Guadalupe, la delegación de la República Dominicana ha culminado con
una participación brillante, cosechando 18 preseas y ocupando el tercer lugar
en el medallero, detrás de Puerto Rico y Cuba.
En Colombia, la
representación de nuestro país acaba de lograr una memorable actuación en los
XIX Juegos Bolivarianos Valledupar 2022. En la tercera ocasión en que República
Dominicana participa en esta cita multideportiva ha logrado un total de 90
medallas, incluyendo 22 de oro, ocupando el sexto lugar.
Y por si
faltara más, reparar en que Marileidy Paulino logró pasar, en solo un año, de debutante
en los 400 metros a ser medallista olímpica de plata, encima de lo bien
posicionada que está para la competencia mundial de atletismo de Oregón, Estados
Unidos, es una especie de símbolo motivador para identificar potenciales,
fijarnos metas, aprovechar oportunidades y avanzar de manera sostenible.
¿Por qué no
asumir el verdadero y más sano, además de sostenible, sentido de la actividad
deportiva? ¿Por qué no vincular los logros, individuales o colectivos, en el
ámbito del deporte, a la formación integral que el entrenamiento físico implica
para las personas? ¿Será que preferimos limitar nuestros enfoques a la
dimensión meramente económica de la actividad deportiva?
Si la
respuesta a la tercera pregunta es sí, resultaría deprimente que se desperdicie
tanto potencial. Si la respuesta es no, entonces se trata de pasar del dicho al
hecho y de medir, para mejorar, los resultados.
Si “mente
sana en cuerpo sano” no ha sido suficiente para que aprendamos, otros lemas y
métodos han de ser aplicados. La meta más inmediata ha de ser que logremos
entender que existen tanto necesidad como oportunidad de cara a adquirir las competencias
orientadas a ayudarnos a enfrentar desafíos individuales y colectivos.
Ahora, más
que antes, urge aprovechar cada recurso para mejorar de manera individual y
colectiva, como en la educación física y el deporte, a nivel mental, físico y
social.